Visita a La Luisiana
En la zona oriental de la provincia de Sevilla se encuentra el término municipal de La Luisiana, una villa de orígenes atípicos para lo que viene a ser común en la provincia y que se enmarca en los privilegiados y fértiles pagos de la comarca de La Campiña.
De la época anterior a la colonia se conocen pocos datos, pero denotan cierta importancia con respecto a la historia de La Luisiana. Así, se han hallado restos de los períodos paleolítico y neolítico, siendo mas frecuentes los pertenecientes al Bronce final y al Tartésico. Del período Ibero se han encontrado piezas pequeñas pero relativamente abundantes, al hallarse en el término municipal vestigios de una aglomeración rural de la época pero es en el período romano donde la presencia de hallazgos es mayor. Así, encontramos en el término municipal, restos de "villae" o explotaciones de uso agrícola dedicadas al cultivo y producción de aceite de oliva, que fueron de gran importancia, por hallarse La Luisiana en la "Vía Augusta" y bastante próxima a las colonias de Obúlcula (La Monclova) y Astigi (Ecija). De esta época se conservan afortunadamente los denominados Baños Romanos de La Luisiana. Entre las piezas artísticas encontradas en La Luisiana y alrededores, cabe destacar la estela funeraria de Rústica Caccosa y el miliario de Constantino el Grande, que se exponen en el Museo Arqueológico de Sevilla.
Fue fundado en 1768 junto con otros pueblos que ordenó construir el rey Carlos III, durante el plan de colonización de Sierra Morena siguiendo las corrientes ilustradas que denominan Europa. Así encarga a un aventurero alemán - Juan Bautista de Thurriegel - la recluta de colonos centroeuropeos para que pueblen estas zonas, que son, a saber, las Nuevas Poblaciones de La Carolina, La Carlota y La Luisiana y nombra Intendente General de las mismas a un político e intelectual ilustrado, el Peruano Don Pablo de Olavide y Jáuregui. Los primeros colonos procedían mayoritariamente del norte de Francia y sur de Alemania y, en menor medida, de Bélgica, Holanda, Suiza, Austria e Italia.
Privada de la protección real, la colonia sufre un retroceso considerable, lo que unido a las malas cosechas y la falta de liquidez de las arcas municipales lleva a la corporación a pedir al Gobernador civil su anexión al municipio de Écija, petición esta que fue rechazada por las autoridades y que permitió que siguiera funcionando La Luisiana, hasta nuestros días como Municipio Independiente.
Baños Romanos
El yacimiento arqueológico de los Baños Romanos se encuentra ubicado en el SE de la zona urbana en la margen derecha del llamado Arroyo Carrión. El edificio de los Baños se ha de encuadrar dentro de una serie de lugares cercanos con importantes restos arqueológicos. Entre estos podemos destacar la cercana presencia de una villa, a unos 300 m. al suroeste del emplazamiento de los Baños.
La cercanía a estas dos localidades importantes dentro del mundo romano de la Bética y la presencia de la villa nos sugieren un uso de los Baños y de las aguas medicinales por parte de las clases altas casi exclusivamente. Este hecho nos podría corroborar que, en sus primeros momentos de uso, la piscina estuvo totalmente recubierta de mármol/ aunque, hoy en día, es imposible de demostrar. Con posterioridad a la dominación romana encontramos una época oscura y de posible abandono durante varios siglos de los baños. Esto produjo una muy notable degradación en la estructura original, sobre todo en la zona norte del vaso de la piscina.
Dentro del edificio cabe destacar tres momentos bien distintos. El primero de ellos se corresponde a la construcción romana que presenta una piscina de planta rectangular conformada a partir de opus caenieniicium revestida de opus signinum. El escalonamiento que podemos observar en tres de sus zonas, la sur, la este y la oeste, no esta representado en su parte norte donde no queda muy clara su existencia, aunque si atendemos a la concepción simétrica del conjunto pudo probablemente existir también. Sus dimensiones son 31,75 mts. de largo por 3/05 mts. de ancho y 1,75 mts. de profundidad. En este punto cabe destacar que es, hoy por hoy, la piscina romana de mayores dimensiones de la Península Ibérica.
El segundo de los momentos en que se encuadra el edificio se sitúa a partir del momento fundacional de la colonia, finales de 1768, por el monarca Carlos III, aunque otras investigaciones lo sitúan en el siglo pasado. Será entonces cuando se cerque con una tapia de ladrillo y tapial todo el conjunto cuyos cimientos son, en algunos momentos, los mismos que pudo tener en época romana y que presenta remates en las zonas norte y sur con pilastras adosadas al muro.
El tercero de los momentos constructivos encuadra una serie de canalizaciones modernas algunos muros de separación realizados con ladrillos de tipo "gafa" que sería el mismo tipo usado para la construcción del pozo moderno situado a uno de los extremos del edificio. La estructura romana esta compuesta de un opus caementicium apoyada sobre una plataforma de tegulae. En la cara sur suroeste del vaso de la piscina se mantienen los peldaños de acceso a la piscina con las molduras de cuarto bocel en el encuentro entre huella y tabica. En su parte sur sureste la degradación de la escalinata es patente y se pierde casi completamente en las proximidades del pozo de acometida de agua actualmente existente. En su parle norte podemos observar como la piscina se ha reconstruido con una nueva morfología del siglo XVIII.
Fuente de los Borricos
Muy cerca de los Baños Romanos, se halla esta fuente, que inicialmente fue un
pozo artesiano con abrevadero para las bestias. Su aspecto actual data, muy
probablemente de 1769, tal como se recoge en un memorial que Pablo Olavide
dispuso, ante la grave epidemia de paludismo que atacó a los colonos en dicha
fecha.
Consta de dos elementos claramente diferenciados: la fuente en si, que
no es otra cosa que un pozo artesiano cubierto, con un vaso o estanque, sobre el
que vierte un caño de agua. La cubierta, construida en ladrillo, es de planta
hexagonal, de apariencia maciza, pero hueca en el interior.
Está rematada con molduras de corte clásico y falsa cúpula por aproximación de hileras, en ladrillo, posteriormente enfoscado, con el interior hueco. El estanque o vaso con el caño está muy retocado, aunque guarda trozos de la estructura original.
Iglesia de la Purísima Concepción
Este templo fue inaugurado en el año 1769, siendo la primera construcción habilitada de la colonia, por lo que durante la epidemia de fiebres tercianas sirvió como Hospital para hombres, con denominación de Juan Bautista Alvitt. Templo de planta basílical con tres naves divididas por columnas de estilo toscano que soportan bóvedas de aristas.
El altar mayor se cubre con una hermosa cúpula elíptica con linterna. La portada es de origen moderno, conservando un escudo real en rocalla del tiempo fundacional. Está rematada por una sencilla espadaña de mampostería de estilo Barroco Colonial cubierta a dos aguas. El retablo mayor, de madera sobredorada del siglo XVIII, está presidido por una talla en madera de la Inmaculada Concepción que posiblemente date del tránsito de los siglos XVII-XVIII y en su parte alta ostenta un lienzo de la Virgen con el Niño de estilo barroco.
Se puede admirar en el templo unos hermosos bancos decorados con rocalla y escudos reales de la época y fundacional.
Ruta facilitada por la Oficina de la Ruta Bética romana
Más información: http://www.beticaromana.org/