Montoro - Capillas

Recorrido: Montoro, Capillas

LongitudDuraciónDesnivelTipoDificultadA pieEn biciEn coche
longitudduraciondesniveltipo linealdificultad bajaruta a  pie posibleruta en bici posibleruta en coche no posible
8,5 Km3 horasLinealBajaSiSiNo

 

Inicio: Huerta Mayor (Montoro). 

Final: Huerta Mayor (Montoro). 

Localización: Recorrido circular, cercano al margen izquierdo del Guadalquivir. Accedemos a la localidad de Montoro desde la autovía Madrid-Cádiz. 

Distancia aproximada: 8,5 kilómetros. 

Puntos de avituallamiento: Municipio de Montoro. 

Clasificación: Dificultad baja; Para hacerla a pie, en bicicleta o a caballo.

 

Mapa de ruta

 

Se trata de un recorrido circular que comienza y finaliza en la Huerta Mayor de Montoro. Partimos de la Huerta Mayor de Montoro que bordeamos dejando a la derecha. A apenas 100 metros encontramos junto a un eucalipto una bifurcación (punto de unión con esta vía circular) donde tomaremos el camino de la derecha, descendiendo en dirección al Guadalquivir. 

Una vez vayamos paralelos al río, seguiremos descendiendo por una ladera salpicada de almendros. En el río podemos visitar unas antiguas aceñas que en otros tiempos molieron el grano. 

Al llegar a una fuente nuestro camino se vuelve pequeño sendero, entre matorral ripario, como zarzas, adelfas, majuelos y vincas. A la derecha, la pendiente que dista del Guadalquivir se hace más acusada. Si volvemos nuestra vista tendremos una bella panorámica de Montoro del que nos vamos alejando. 

A medida que nos aproximamos al río, el bosque de ribera, constituido por álamos, sauces y tarajes, va apareciendo tímidamente. En la orilla opuesta, el Arroyo del Judío entrega sus aguas y sedimentos al Guadalquivir. 

Llegando casi a nivel del río, aparecen en su vega huertas y frutales. En este enclave vadeamos el Arroyo Capillas, lugar éste de gran interés natural y geológico. El arroyo serpentea entre materiales paleozoicos, en discordancia con las areniscas rojas. Los almezos presiden el estrato arbóreo de ribera, sin faltar los ruiseñores y trigueros que revolotean entre los adelfares. 

El sendero, empedrado, asciende dejando una casa y huerta a la derecha. Los almezos se entremezclan con las encinas, en el punto donde el sendero se convierte en camino. Volveremos a descender hasta llegar a una casa semiderruida entre parras e higueras junto a una alberca de piedra de molinaza.

La pequeña vegueta va desapareciendo a medida que nos adentramos en la alameda, y el río se encajona entre peñascales tapizados por matorral mediterráneo, donde destacamos la retama, cornicabra y “arrezú” o “palodú”; planta que antaño se utilizó como golosina para los niños. 

Seguiremos sin perder la orilla del río, entre álamos blancos en tramos, donde el sendero casi se pierde. No tardaremos en llegar a una vega de olivar y a un caserón semiderruido con un mirador hacia el río. En este punto permaneceremos atentos y dejaremos la dirección que llevábamos, ascendiendo la loma de nuestra izquierda paralelos a una cañada. Es curiosa en esta subida, que nos va alejando del río, la discordancia entre materiales pedregosos de las terrazas aluviales y las arcillas. 

Por fin, encima de la loma, se alza prominente la Casa de Capilla, que da nombre a este pago. En ella todavía se puede observar un viejo molino, hoy en día modificado. Rodearemos el caserón y seguiremos dirección este por un camino empedrado de cantos rodados, en un leve ascenso. En algunos tramos de este camino aún se conservan manchas de matorral en perfecto estado en los bordes, con rosales bravíos. Nos servirán de referencia los cipreses del cementerio para no perder nuestra dirección. 

A nuestra izquierda queda la finca de “La Cantora”, y poco después, en una bajada, dejaremos nuestro camino para tomar una senda que sale a la izquierda cruzando el arroyuelo en un puente. El sendero asciende custodiado por encinas y matorral anclado en las “paerillas” de piedra. Justo detrás del cementerio encontramos un cruce de caminos, donde tomaremos el frontal paralelo al trazado eléctrico, un sendero éste casi perdido si no fuese por el rico y variado matorral que aún conserva en sus bordes. 

El descenso nos muestra una panorámica del pueblo de Montoro, al fondo. De esta manera volveremos al eucalipto, en el punto de unión de nuestra ruta en su Inicio.

 

Ruta facilitada por la Mancomunidad de Municipios del Alto Guadalquivir Alto Guadalquivir